Los vestidos románticos se caracterizan por tejidos vaporosos, como muselinas, sedas, chantillís, gasas...
Los cortes más escogidos suelen ser los imperio y faldas con mucha caída, donde sobre todo debe destacar la sencillez.
Son vestidos con movimiento, con vuelo. Al contrario de lo que pueda parecer, los vestidos románticos son sencillos, finos y suaves, aunque a veces lleven grandes bordados o flores.
Sensuales es otro de los adjetivos que los define, donde la feminidad destaca por encima de todo.
El encaje predomina en casi todos estos vestidos, tanto para las mangas o el pecho como para todo el conjunto.
También son característicos de ellos los escotes discretos, como el palabra de honor o el corazón. Además, los vestidos deben adaptarse al cuerpo de la mujer con naturalidad, elegancia y ligereza.
Para ello, los corsés pueden ser una buena opción, dan un toque muy romántico y estilizan la figura.
En cuanto al velo, el que mejor puede quedar con este tipo de vestidos es el velo clásico o mantilla, aunque si quieres arriesgar más, también irás perfecta prescindiendo de él.
Si quieres parecer una auténtica princesa, atrévete con una tiara o incluso añadiendo flores a tu peinado.
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