El universo del color ha adquirido una dimensión totalmente nueva esta semana en el marco de la New York Bridal Week: a manos de uno de sus diseñadores estrella, la pasarela, una de las primeras del circuito en abrir sus puertas a las tendencias 2013, brillaba con luz propia gracias a los diseños de Oscar de la Renta, y su combinación entre su delicadeza de líneas y tonalidades habitual, y el sorprendente y nuevo uso del color del que ha hecho gala en esta ocasión.
Detalles muy cuidados, que hacen de cada diseño un modelo digno de la Alta Costura parisina, con guiños a la tradición -las novias que se decanten por uno de sus vestidos celeste podrán tachar con tranquilidad el 'algo azul' de su lista de tareas-, y un auténtico despliegue de técnicas de costura y patronaje que, en el salto del papel a la pasarela, convertían el eterno vestido de novia strapless y falda princesa en un modelo casi imperecedero, con bustiers en forma de corazón, manguitas caídas, escotes de encaje e impresionantes colas desmontables de tul de colores.
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